En principio nuestra idea con el trabajo iba por el lado de buscar con distintas técnicas de animación, hablar sobre la identidad, haciendo que un grupo de personajes, vayan mutando junto con una técnica determinada a otra, en distintas caras. Para ello, cada una eligió el rostro de alguna persona conocida y lo dibujamos.
Cuando quisimos bajar nuestra idea a tierra, se nos presentó bastante complejo poder lograr esto y llegar a que pueda entenderse la idea original. Por esto, decidimos que en vez de varios, el personaje sea uno solo y que su aspecto vaya cambiando.
En cuanto a la idea de la identidad, pensamos en desarrollar la mirada de uno sobre sí mismo, filtrada por la opinión de los demás. Es decir, qué nos sucede a nosotros cuando alguien opina sobre algún aspecto de nuestra apariencia y cómo esto, muchas veces, termina por influenciar que queramos vernos de otra forma, siempre adaptándose a las ideas ajenas.
La primera prueba que realizamos en clase, nos sirvió para notar rápidamente cuáles eran las cosas que no funcionaban al pasar del papel a la animación. Seguimos desarrollando otras maneras de corregir estos aspectos, pero también se nos ocurrió probar con una técnica que sea distinta de la que habíamos empezado a trabajar en una primera instancia. La idea es más adelante, a medida que el trabajo vaya tomando forma y desarrollo, podamos integrar estas técnicas distintas en una misma animación.
Otras pruebas:
