sábado, 14 de mayo de 2016

Marcha en defensa de la educación pública - 12/5



“Instrúyanse porque necesitaremos toda nuestra inteligencia. 


Conmuévanse, porque necesitaremos todo nuestro entusiasmo.

Organícense, porque necesitaremos toda nuestra fuerza.”




- Antonio Gramsci


Un cartel bien en alto, en las manos de un docente profesaba esta cita. Entre tantas voces distintas, un mismo reclamo.
Yo creo en la educación pública, creo en el compromiso de sus docentes, creo en el esfuerzo y la pasión de quienes crecemos en sus aulas día a día.
Creo que es un derecho básico y me parece un insulto que el Gobierno de turno lo pase por alto, que los medios lo disfracen, que la gente lo ignore.
Es lamentable que quienes tienen el poder mediático al alcance de sus manos, lo utilicen para escupir tanta ignorancia. Me entristeció bastante algunos comentarios de figuras de dudoso criterio que comentaron con mucha liviandad y poco conocimiento de causa, que quienes estábamos en las calles, estábamos ahí "porque no queríamos estudiar", que "si veíamos un libro, corríamos asustados". 
Todo lo contrario, nosotros queremos estudiar, nosotros queremos seguir peleando por nuestros docentes, por poder seguir yendo a las aulas todos los días, por recibir y devolverle a la educación todo lo que nos brinda. Porque educar es combatir, educar es oportunidad, es abrir nuevos horizontes, es herramienta, es defensa, es impedir ser engañados, es tener ojo crítico, es un principio de base, es resguardo de la memoria y construcción del futuro.
La realidad podrá ser mediatizada, podrá reducirse al discurso de otros, pero la gente en la calle se enfrenta a los hechos. Miles de estudiantes, docentes y no docentes este jueves marchamos para defender lo mismo. 
Me da mucha lástima habernos perdido clases que nos podían servir para el desarrollo de este nuevo trabajo que estamos encarando, pero me daría mucha más pena perder la oportunidad de seguir educándome en esta institución porque tenga que cerrar sus puertas.
Parece mentira que tengamos que  estar defendiendo algo tan básico como el derecho a la educación gratuita, pública y de calidad, pero hoy más que nunca es imprescindible no dar el brazo a torcer porque lo esencial se vuelve invisible ante los ojos de nuestros dirigentes.
La educación no se vende, se defiende.






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